Habiendo dedicado su vida al trabajo de la madera, Emile Ratier comienza a sentir que está a punto de quedarse ciego. La pérdida progresiva de la vista, le empuja a aferrarse a un mundo donde se potencian los otros sentidos. Sin dejar de trabajar el material por él más explorado, comienza a construir objetos de madera fantásticos y polisensoriales. Estos consisten en máquinas, norias, extraños tiovivos o relojes cuyo engranaje hacen funcionar los animales. El tacto y el sonido, toman un papel importante en el disfrute de estas máquinas de madera, clavos viejos, piezas de bicicleta y alambre. Ratier quedó completamente ciego a la edad de 65 años.
Etiquetas: Emile Ratier, La Fabuloserie, outsider art
Sobre esta entrada:
- Autor: Graciela García
- Fecha: 7 de diciembre de 2008
- Categorías: Art Brut, Arte mayores, arte y trauma, máquinas maravillosas
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- Tags: Emile Ratier, La Fabuloserie, outsider art